Cada día me entero y aparecen en la prensa nuevas caquitas de personas que hasta ahora han pasado por honorables y prestigiosas. Negocios fraudulentos, actividades paralelas, defraudaciones a Hacienda, corrupciones varias, mini o maxi narcotráfico, pringues varios...
Todos ellos, ¡y los que saldrán!, han funcionado con el manual del todo vale. Han sido parte beneficiada de este estado de laxitud moral que ha premiado a los tramposos y castigado a los limpios. De un festín de sinvergüenzas que bajo el paraguas de poderes obscenamente ejercidos han parecido la crema de la crema.
No es verdad eso de: la que está cayendo. Lo que de verdad está ocurriendo es que está saliendo a flote un océano infinito de mierda que pringaba todas las actividades.
Ya he dicho que saldrá más.
Y para llevársela o aliviarnos de ella nos hace falta un tsunami de detergente.