No me hacen mucha gracia los grandes montajes y fastos. Ni las grandes celebraciones, ni los eventos multitudinarios, ni las exhibiciones de poderío. Aún así, y sabiendo toda la problemática que puede haber bajo la apariencia, los Juegos Olímpicos siempre me han parecido especiales. Por los deportistas. Por la ciudadanía. Por razones que no vienen al caso no viví en mi ciudad los de Barcelona. Y lo siento. Madrid está estos días sinceramente deseosa de que se los adjudiquen. Y yo me alegraré de que así sea. Por los deportistas. Por la ciudadanía.
Ya sé que un acontecimiento así puede obrar un pequeño cambio de ánimo o un efecto placebo en la situación actual. Tampoco es malo.
En todo caso, reitero, los Juegos Olímpicos me parecen especiales.
Que Madrid sea especial.
Las gentes con las que me encuentro cada día por las calles se alegrarán. Y gran parte del año convivo con ellos.